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PORTUGAL, REGIÓN DE LISBOA Y LEIRIA

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LOCALIZACIÓN PORTUGAL

RUTA

Día 1 Lozoya-Casais da Serra- Rio Maior

Dia 2- Foz do Arelho- Rio Maior

Dia 3- Lisboa.

Dia 4 - Foz do Arelho-Salinass de Rio Maior

Dia 5 – Caldas da Rainha

Dia 6-  Óbidos- Foz do Arelho

Día 7 - Casais da Serra-Lozoya


DATOS PRÁCTICOS: Para no ser repetitivos y como hemos realizado ya varios viajes os remitimos a otros de nuestros blog sobre Portugal. 

https://viajaramundi.blogspot.com/2024/07/norte-centro-de-portugal-vila-real.html

Día 1 Lozoya-Casais da Serra- Rio Maior

El 16 de julio de 2024 iniciamos nuestras esperadas vacaciones. Portugal nos llama una vez más, esta vez a la región de Lisboa y al Oeste y Valle del Tajo. Nuestro objetivo no era abarcar todo, sino disfrutar de aquellos lugares que más nos apetecían.El viaje en coche fue largo y algo agotador, pero finalmente llegamos a Casais da Serra, nuestro alojamiento por una semana. Aunque el lugar carece de encanto turístico, su ubicación estratégica lo hace ideal como base. Por solo 400€, disfrutamos de una casa cómoda y bien equipada, gestionada por una anfitriona entrañable. Su calidez nos recordó por qué Portugal siempre nos sorprende. Resulta muy gracioso como portugueses y españoles nos ponemos hablar en ocasiones, cada uno en su idioma dando por hecho que la otra parte nos entiende perfectamente.

Esa tarde la dedicamos a instalarnos, hacer compras en el cercano Rio Maior y descansar. Este último, aunque no es especialmente turístico, ofrece todo lo necesario, incluyendo buenos lugares para comer y un ambiente tranquilo que se agradece en plena masificación turística

Dia 2- Foz do Arelho- Rio Maior

Estamos en julio, y de vacaciones, así que hoy nos disponemos a ir a Foz do Arelho, una joya en la costa portuguesa, fue nuestro destino para el día. Su extensa playa está dividida por la laguna de Óbidos -lo que te permite bañarte sin que coger una cistitis-, es perfecta para disfrutar del sol. la playa es espectacular, es el típico lugar, con sus chiringuitos, restaurantes, tiendas etc. En fin, el sitio está muy bien, muy agradable, hay muy buen ambiente, hay gente pero para nada agobiante. 

Almorzamos en un chiringuito junto a la playa, saboreando especialidades como el bacalao.

Después, exploramos los miradores cercanos, disfrutando de paisajes costeros espectaculares desde donde puedes dar un corto paseo y disfrutar de paisajes de la costa en un entorno más natural.


Tras un día de playa regresamos al alojamiento para ducharnos. Posteriormente salimos a dar una vuelta por Rio Maior, que como señalábamos anteriormente. No se trata de un lugar especialmente bonito, pero bueno, tiene sus zonas y sus lugares, es más, nos encontramos con una pequeña zona que recordaba un poco a la ciudad de Praga. Por la noche, encontramos una vinoteca encantadora donde cenamos prosciutto, quesos locales y vino de la región. Portugal nunca decepciona con sus vinos ni con sus precios razonables. No solo cenamos muy bien, sino que compramos algo de vino de la región. En Portugal los vinos también son muy buenos. En general nos pareció bastante barato.

Regresamos al alojamiento disfrutando de una magnifica temperatura y es que, una cosa que no olvidaremos de este viaje es que en España había una ola de calor, sin embargo, esta zona, aun estando bastante al sur, no sufre de esos males, tenemos unas temperaturas buenísimas, más propias de Galicia, sobre todo por la noche.

 Dia 3- Lisboa.

El día de hoy está reservado para Lisboa, nos queda a poco más de una hora, y aunque ya lo conocemos de otro viaje que realizamos hace años, ahora está Benyi con nosotros y queremos que lo conozca. Cuestión distinta es cuanto le guste a él pasear, ver monumentos etc. Pero bueno, intentamos que le pille el gusanillo a los viajes.  La idea es llegar y dar un paseo relajante sin pretensiones.

Así tras un viaje de una hora, entramos en Lisboa en coche, que como toda gran ciudad sufre de un gran volumen de tráfico, y por supuesto cuando no dominas una ciudad, como conductor, también puede generar un poco de estrés, pero vamos cuestiones habituales. Así que dejamos el coche en un parking céntrico, pero no en todo el meollo y nos dispusimos a caminar. El parking muy barato, el coche estuvo todo el día y apenas costo 10€.

La primera vez que fuimos a Lisboa hace años, volamos con una low cost y llegamos a la ciudad muy muy temprano, estaba vacía, calma y tomamos un café y una gran tostada en un bar de una de sus plazas más céntricas. Sin embargo, estamos en julio, han pasado años y deben ser como las 11 de la mañana, esto está a tope.

Como aparcamos un poco retirados nos dirigimos caminando hacia el centro, recorrimos parte de la Avda Alma Reins, aparcamos a la altura de la parada de metro “Anjos”. Resulta curioso pero aunque todavía estamos en un barrio residencial, ya se puede apreciar una mezcolanda de turistas, con residentes de todas las nacionalidades. Proseguimos el camino rumbo a las zonas más turísticas, Chiado, Baixa de Lisboa, etc. Y por el camino lo vamos alternando con la entrada en diferentes comercios, ya sea para comprar trapos de cocina o chucherías. 

Cuando viajas a un destino fuera de tu país, nunca sabes si regresaras, esto es aplicable también a España, pero nosotros solo tenemos esa sensación cuando salimos fuera. Seguramente porque hay muy que ver. Por eso, en las pocas veces que vuelves a un lugar en el que has estado, es todo extraño, te sientes un poco como en tu casa, o al menos eso nos pasó en Lisboa. Es como si hubiéramos estado hace poco.

Una cuestión si ha cambiado, la ciudad, es mucho más turística en todos los sentidos, pero está cuestión ya está instaurada en demasiadas partes del mundo, qué le vamos hacer, a la gente le gusta viajar. Es más, para comer, buscamos un sitio de comida típica portuguesa, pero cuando llegamos a lugar, era una especie de grastro bar sin ningún tipo de comida portuguesa, nos quedamos porque era tarde, pero da un poco de pena, la verdad. En Madrid por ejemplo en el centro cada vez son más los comercios de toda la vida que están cerrando y que se conviertes en lugares “muy de moda” pero muy deprimentes la verdad, donde había mercería ahora te ponen pan de masa madre o te venden un pincho de tortilla por 10€. Pues esto también ha pasado en Lisboa.


Otra situación interesante fue cuando -después de comer- quisimos coger el tranvía 27 – como antaño- y nos dimos cuenta, que es imposible, hordas de turistas lo hacen casi imposible, al final cogimos el 28 que hace un recorrido parecido al menos a Benyi les gusto -como experiencia- nunca había subido a un tranvía. Nos da pena porque esos tranvías los usan los residentes para moverse, más si cabe, en Lisboa con los desniveles que tiene. Llegamos desde fuera y arrasamos. (nosotros los primeros por supuesto).


Pues así fue, como fuimos pasando el día que culminamos tomando un helado maravilloso y unos bollos de Belém en la Confeitaria Nacional Praça da Figueira. Magnifico establecimiento con suculentos mangares y nada caro.

Después de la merienda regresamos al parking y dejamos Lisboa atrás, preguntándonos si será la última vez. 

Dia 4 - Foz do Arelho-Salinass de Rio Maior

 Después de la paliza de ayer, hoy toca un poco de relax, así que volvemos a Foz do Arelho, habíamos pensado acudir a otro sitio de costa -que los hay- pero esté tiene muy buen rollo, además en los días que estuvimos había un festival de música. Ese día eso sí regresemos a comer al alojamiento.



Por la tarde acudimos a visitar las Salinass de Rio Maior un pintoresco complejo de salinas rodeado de tiendas artesanales y restaurantes, recuerda un poco a un pueblo del oeste porque todos los chiringuitos así están dispuestos. Comimos en “solar do sal” un lugar del que solo diremos que además de barato, y de lo bien que atienden, hemos comido el mejor pollo asado (es la especialidad) de todas nuestras vidas. Superando incluso a uno que en una ocasión nos hizo Juanito en Cuba.


Dia 5 – Caldas da Rainha

Caldas da Rainha surge como una estupenda sorpresa, responde un poco a la forma de ser de mucha geografía portuguesa, que, en un primer vistazo, no encuentras belleza, la gente comenta en ocasiones – que si está muy dejado- pero luego, si le das una oportunidad te llevas grandes sorpresas. Así, este lugar es una localidad de tamaño  medio, con todos los servicios y con un pequeño casco antiguo muy agradable de pasear, con buenos sitios para comer y disfrutar. Así fue como esa mañana llegamos a este lugar del que nunca hablamos odio a hablar.

Tras aparcar fácilmente nos dispusimos a dar un paseo. En dirección al centro compramos algo de vino en una tienda que amablemente nos guardó las botellas para recogerlas después. Y así tal como decíamos nos adentramos en un casco muy interesante en un gran estado de conservación. Y con una oferta hostelera variada. Aunque quizás lo que a nosotros más nos llamó la atención es el “Parque Dom Carlos I” enclavado en el centro de la ciudad, tiene museos, un pequeño lago, juegos para niños e incluso un restaurante. El lugar es sorprendente la verdad, montamos en la típica barca para turistas y dimos un paseo con un bote que no éramos capaces de gobernar, pero por nuestra torpeza natural. Comimos allí mismo en un restaurante que hay y bueno bien, sin más. Después de comer Benyi disfruto del típico coche-bici y pudo darse unas vueltas muy divertidas.





Después por la tarde nos tomamos un helado y regresamos a la playa simplemente a estar un ratillo por allí y jugar con avión de juguete. El ambiente era muy agradable, el escenario del festival que comentamos anteriormente estaba ensañando y había ambiente pre-concierto, pero con los pies en la arena, estuvimos allí un buen rato disfrutando de juegos y de la playa.

Después eso regresamos a descansar.

Dia 6-  Óbidos- Foz do Arelho

La señora que nos alquiló la vivienda nos entregó un mapa con varios lugares indicados de interés. La verdad es que nunca habíamos oído hablar de Óbidos. Así que en el sexto día de nuestro viaje decidimos pasar a ver que encontrábamos. ¡que sorpresa nos llevamos! ¡Qué lugar! Llegamos a una ciudad amurallada impresionante, con el aliciente de que además se estaba celebrando un mercado medieval que te traslada en el tiempo, así que estaba lleno de puentecillos artesanales ex muros. Dentro de las murallas encontramos un lugar increíble, en un estado de conservación sorprendente. 


La zona del castillo la cierran y para pasar tienes que sacar una entrada que te permite acceder y pasar por unas horas como si fueras parte del medievo, además nos pareció entender que la entrada incluía algo de comida y bebida. El espectáculo consiste en una recreación donde la aldea se llena de figurantes y actores vestidos de época. Animación, tabernas etc. El precio de la entrada no nos pareció barato. Por lo que decimos no sacar la entrada y nos propusimos volver en otra ocasión donde poder ver el núcleo del castillo de un modo libre y con menos gente.  No es que tengamos nada en contra ni mucho menos, pero depende del tiempo que tengas, las ganas y la capacidad de aguantar el bullicio que cada uno tenga.

Por lo demás y al margen del castillo, pues la ciudad tiene un caso histórico muy bonito y agradable que bien merece una visita, en un estado de conservación muy bueno.  Bien es cierto que bueno, hoy en día, todas las ciudades/pueblos con cierto interés turístico se van pareciendo un poco, es decir, tiendas de souvenirs y restaurantes variados. Esto es así. A todos nos gusta tomarnos algo no? Pero a la vez, los sitios cada día son más parecidos. Así que permitirnos citar a Jack Sparrow en Piratas del Caribe cuando encuentra el Kraken muerto << el mundo sigue siendo el mismo, pero con menos alicientes>> .

El pueblo se recorre con un paseo de corto recorrido. Comimos allí en un lugar un poco cutre, nos pusieron en una mesa en la azotea cerca de lo que parecía un baño, en fin un sitio de batalla, de mantel de papel y servicio regularas, la comida normalita pero bueno matamos el hambre. 

Antes de irnos compramos a Benyi un collar que le habíamos prometido si nos dejaba ver la ciudad sin dar mucho el peñazo ja ja ja, y oye, cumplió.

Por cierto, cuando nos marchamos por la tarde la gente que acudió todavía era peor, supusimos que es porque en el castillo por la noche hacen algún tipo de espectáculo o similar, pero la gente lejos de marcharse seguía viniendo. Menos nosotros que si nos marchamos, nuestra última tarde quisimos estar un ratito más en la playa así que volvimos por Foz do Arelho para poner el broche final.

 Día 7 - Casais da Serra-Lozoya

Nuestro último día fue exclusivamente para regresar. El viaje de vuelta fue largo y algo pesado, pero lo hicimos con la satisfacción de haber disfrutado de una semana maravillosa. Portugal nos ha vuelto a conquistar con sus paisajes, su gente, su gastronomía, y ese encanto especial que lo hace único.



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