Día 2: EN BUSCA DE LOS MÚSICOS DE BREMEN.
Nos despertamos muy pronto dado que ayer nos acostamos temprano. Un buen desayuno y en marcha al centro histórico. Nuestro destino es Markplazt.
Al poner el pié en la calle la temperatura nos deja acojonaos. El aire corta la cara, eso sí, esperábamos que hiciera mucho más frío, así es que no nos vamos a quejar. Desde el apartamento al centro histórico es simplemente seguir una calle y girar a la izquierda. Pasados unos 15 minutos nos encontramos en el inicio de una calle que parece peatonal y por la que parece sólo transitan tranvías. Está llena de los típicos comercios, Zara, Woman Secret, etc.. y vacía de gente, ¡aquí no hay ni dios!. No sabemos qué pasa pero no vemos a nadie, y el caso es que estamos buscando donde tomarnos un café pero todo lo que vemos está cerrado. Seguimos caminando y ante nuestros ojos y al final de la calle nos encontramos con las 2 torres de la catedral. ¡Qué maravilla!
Como estamos al lado suponemos que en la plaza tendrá que haber algún sitio donde tomar un café. Y ¡bingo!, encontramos un sitio justo en la plaza, así es que pá dentro a entrar en calor. Y aquí viene el problema. Cómo nos decía una amiga hace poco por el face, tendría que haber una palabra universal para pedir un simple “café con leche”, porque señores, lo que parece tan sencillo no lo es. Sí, pedimos un café con leche, pero la chica no hablaba muy bien inglés y no entendíamos bien lo que pretendía decirnos en alemán, el caso es que nos mostró un gran tazón de desayuno y nosotros dijimos que sí. Aquí entra en juego lo que cada uno supone, ¿y qué fue lo que nosotros supusimos? Pues simple, que nos iba a llenar el tazón de café y la leche nos la pondría aparte, en ningún momento imaginamos que el café con leche venía en tazón….Y sí, dos bandejas con sendos tazones de café con leche y un vasito de agua…¡venga, vamos a reventar de café! Aunque no creáis, que nos lo terminamos entero, porque fuera ha empezado a nevar, así es que no lo vamos a tomar con calma.
Como no deja de nevar decidimos no alargar más el café y ponernos en marcha, lo que nos permita el día ver, veremos. Markplazt es una auténtica maravilla, el Ayuntamiento, la Catedral de St. Petri y la más moderna edificación de este lugar La Casa de la Ciudadanía, componen esta plaza que recuerda mucho a cualquier ciudad Belga. También podréis encontrar aquí a los famosos Músicos de Bremen y a Rolando de Bremen, denominada “Estatua de la libertad” y la de mayor altura de toda Alemania, ni más ni menos que 13 metros. Realizamos las fotos oportunas en la plaza y lo que la nieve nos permite. Lo malo, nieva. Lo bueno, no hay nadie o prácticamente nadie en la calle, así es que el lugar es para nosotros.
No dirigimos a la Catedral de St. Petri para visitarla, así aprovecharemos para ponernos a cubierto un poco, pero cuál es nuestra sorpresa cuando nos encontramos con que las puertas están cerradas. Joer, es domingo, ¿aquí los domingos no abren nada o qué? Pues parece ser que no, ¡ni siquiera la catedral!. Pocos metros más adelante a mano derecha hemos leído que hay unas catacumbas, así es que como la catedral está cerrada vamos a intentar verlas. Y…¡también está cerrado!, parece que aquí no hay manera de ver absolutamente nada. Por lo que recorremos los soportales de la plaza intentando admirar la belleza de los edificios sin mojarnos.
Después de habernos recreado con la belleza de la plaza, nos dirigimos a la calle Böttcherstraße. Esta calle de tan sólo 100 metros es famosa como ya habréis leído porque aquí vivían en la edad media los toneleros y también porque en ella se encuentra el famoso Carrillón de Bremen. 30 campanas de porcelana en lo alto de un edificio que en invierno tocan a las 12h, 15h y 18h. La reconoceréis enseguida ya que es una perpendicular a la Markplazt y en lo alto veréis un grabado en dorado cuyo significado es “Quién trae la luz” en teoría y según la Wikipedia este grabado fue un tributo a Hitler. La calle es una pasada, y sus soportales nos permiten refugiarnos de la nieve.
Aquí, justo enfrente del Carrillón se encuentra un bar encantador, con carta en español y el cual merece una visita por su decoración, y como el tanque de café está haciendo efecto uno de nosotros necesita urgentemente ir al baño, y dado que aquí (cosa que no recordábamos) hay que pagar por entrar a los WC decidimos tomarnos otro café, ya que el tiempo no invita a tomarse una birra, y así de paso visitamos el bar y descargamos aguas menores. Pero he aquí el problema, volvemos a pedir un café con leche y nos vuelven a traer un tanque…¡¡la virgen, no hay manera de tomar un café normal en este sitio…!!
Habiendo verificado que el bar merece la pena y con las vejigas vacías (aunque en breve volverán a dar guerra), nos dirigimos al barrio de Schnoor, el barrio más antiguo de Bremen. Aunque son apenas 2 calles no podéis dejar de visitarlo porque es como entrar en un cuento. Realmente son todo comercios, pero esas casitas de colores, la decoración de las fachadas, los carteles colgando con el indicativo de la tienda en cuestión, hacen de este sitio un lugar mágico, podrían ser casitas de caramelo.
La hora de la comida se acerca, y Diko nos ha recomendado un restaurante aquí para comer típica comida alemana, el Aussppan que se encuentra aquí en el barrio de Schnoor. Pero adivinad, sí, sí, ¡está cerrado! Así es que en principio como el bar de la calle Böttcherstraße nos había gustado pensamos ir hacia allí, pero encontramos uno encantador aquí, con velitas en la mesa y todo y los precios no son nada caros, además tienen menú, por lo que nos vamos a quedar a comer aquí. La elección calidad/precio fue buena, 2 Beck´s, un plato de salmón con ñoquis y queso, y otro plato de un filetón enorme de cerdo con patatas ambos acompañados de ensalada nos costó 25€.
Finalizada la comida nos dirigimos al barrio de Ostertor. Leímos que este es unos de los barrios donde mejor se come calidad/precio, por lo que parece es bastante barato, pero no os podemos dar una opinión propia dado que no comimos aquí, pero os lo dejamos como anotación por si decidís comer por esta zona. Según entráis en el barrio veréis el Kunsthalle Bremen que es la galería de arte de Bremen, cuya entrada cuesta 8€ y tienen expuestas las obras de Gerhard Marcks , un famoso pintor y escultor alemán del cual es la escultura de “Los músicos de Bremen” que se encuentra en la Markplazt. Y a pocos metros encontraréis la casa del artista. Un poco más abajo os encontraréis con el Teatro de Bremen, y según lo paséis os sentiréis (o por lo menos a nosotros nos pasó) cómo si estuvierais en un barrio británico. Esto no tiene nada que ver con lo que hemos visto hasta ahora, es una arquitectura totalmente distinta, y lo que nos llama mucho la atención es que aquí hay muchísimos comercios abiertos, hay gente, en definitiva, esto es otro Bremen. También os contaremos que según avanzamos empezamos a ver gente cada vez más rara, nos da la sensación de que aquí están trapicheando con drogas y demás, así es que como no nos mola mucho la gente “rara” que estamos viendo y tampoco sabemos dónde nos estamos metiendo decidimos darnos la vuelta.
De aquí nos dirigimos a recorrer el paseo maritimo Schlachte a la orilla del río Weser, la cual está llena de bares y por lo que leemos esto en verano tiene un ambientazo de la leche, lleno de terrazas y gente disfrutando de lo lindo, pero cómo podéis imaginar nosotros no encontramos ese ambientazo. Bares, sí que hay y bastantes, y desde luego tiene que ser ideal tomarse algo por aquí, pero realmente tenemos tanto frío que no nos invita a entrar en ninguno. Las vistas del río con sus barcos-restaurantes llenos de luces hacen que el paseo sea más cálido. Al otro lado de la orilla podréis ver la fábrica de cerveza Beck´s.
Son alrededor de las 5:30 de la tarde y ya es de noche. Cómo hemos leído que debajo del ayuntamiento se encuentra el Ratskeller de Bremen una antigua bodega con una antigüedad de más de 600 años, dado que fue construida en 1405 y en la cual se conserva uno de los barriles más antiguos de Alemanía, decidimos ir a visitar el sitio y a tomarnos un vino para entrar en calor. La visita sin duda merece la pena, en un lugar genial para por lo menos tomarse un vino. Nosotros ya que estábamos decidimos picar algo, eso sí, no queráis comer aquí salchichas porque no hay. Pedimos Labskaus, plato típico que consiste en un guiso de carne picada de vaca con remolacha, pepino, cebolla y servida normalmente con huevos fritos y puré de patata. En este caso no venía puré de patata, y menos mal, porque es un plato enorme. También pedimos una ensalada, la cual tenía un tamaño razonable en plan picoteo. Por medio litro de vino y los 2 platos pagamos 24€, un precio bastante razonable estando donde estamos, y os aconsejamos que os paséis por aquí si podéis y disfrutéis de este maravilloso local.
Ya que hemos terminado reventados de comer, qué hace un frío de la leche y por aquí ya hay poco que hacer y que ver, ponemos rumbo al apartamento no sin antes hacer unas fotos nocturnas.
Datos Prácticos Hamburgo
Datos Prácticos Hamburgo
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