Trinidad

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Día 12, 28 de Junio

Hoy abandonamos Bahía Cochinos para poner rumbo a Trinidad, esta vez nuestro alojamiento será en casa de el Doctor Lara y la Sra. Yuda, el día anterior hablamos con Yuda por teléfono para confirmarle nuestra llegada y nos informó de cómo llegar a la casa y que ella nos estaría esperando.

La distancia entre Playa Larga y Trinidad son 200 y pico kilómetros, esto se podría hacer en cualquier sitio en 2 horas, pero recordar que estamos en Cuba y sus carreteras son malísimas, así que tardamos cerca de 4 horas.

Una vez llegamos a Trinidad teníamos muy claro como llegar a nuestro nuevo alojamiento, Yuda nos había comentado que según llegásemos a la plaza principal siguiéramos todo recto y que daríamos con la casa, pero, aquí empieza la anécdota  del día, según entramos en la plaza nos para un chaval en bici, y nos dice que no podemos seguir de frente porque están de obras, nos sorprende mucho, pero no tenemos porqué dudar ¿no? aunque nos resulta mosqueante después de  lo vivido. Nos pregunta qué dónde vamos, y le decimos que a casa del Doctor Lara, y fijaros qué  casualidad que él es amigo del hijo. Nos dice que le sigamos que él nos lleva, así que le seguimos. De repente llegamos a una calle que está cerrada por una valla y que es peatonal, y nos dice que dejemos el coche que él nos indica. Como Carmen no se fiaba mucho, ella se bajó e Israel se queda en el coche esperando. No habíamos recorrido ni 5 metros y el chaval me señala a otro chico y me dice que ese es el hijo del Doctor Lara y la Sra. Yuda, así que hablo con él y me dice (ojo al dato),  que ha habido un imprevisto en la casa y no nos podemos alojar en ella, pero que tienen otra y que podemos ir allí, así que, como no me creí nada, le digo que quiero hablar con su madre, y me dice que no está, que se ha ido a trabajar. Hasta aquí aguanté el tema, habíamos hablado el día anterior con ella y nos dijo que nos espera en casa, así que no me creí nada, le dije que me estaba mintiendo y me fui. Al llegar al coche se lo comenté a Isra y nos pusimos a buscar por nuestra cuenta la calle...y llegamos a casa de Yuda  la cual estaba en su casa como nos había comentado y no le sorprendió nada de lo que le relatamos. Por lo que se ve, era una familia de Trinidad que se dedicaba a eso, ponerse en el principio del pueblo e intentar arrebatar a los huéspedes de otras casas.  Por suerte ya estamos escaldados y a nosotros no nos engañó.

Nuestro nuevo alojamiento está anclado en una maravillosa casa colonial enorme, nuestra habitación está genial y el sitio para hacer las comidas se encuentra en uno de los patios de la casa que es una auténtica maravilla. 

Después de charlar un poco con nuestros nuevos anfitriones decidimos dar una vuelta por Trinidad. 

Trinidad es una ciudad muy colorida de calles empedradas y  casas coloniales de 1 ó 2 plantas.  Nos perdimos por la ciudad disfrutando del colorido tan espectacular de sus calles hasta llegar a uno de los sitios más visitados de Trinidad,  La Plaza Mayor, donde se encuentra anclada la Iglesia Parroquial de la Santísima Trinidad, y que para nuestro pesar está cerrada. 

Continuamos caminando por el lateral izquierdo de la iglesia en dirección a la casa de la troba, hay que decir que estas calles son una maravilla, están llenas de vida, de color, hay comercios por todos los lados, y se hace muy agradable pasear por aquí, eso sí, según giramos nos dimos de bruces con una gran escalinata por donde deambulaban las famosas jineteras dando el coñazo, pero bueno, sólo fue aquí, así que no se hizo muy pesado. 

Dimos un largo paseo recorriendo la ciudad, nos encontramos una calle con varias galerías de arte llenas de cuadros de pintores de la zona y como no, con un colorido magnífico. Después de nuestro primer contacto con Trinidad decidimos volver hacia la casa, pero cuando pasábamos por delante de la escalinata escuchamos música en uno de los bares que se encuentra en lo alto de la misma, así que decidimos subir a tomar algo y disfrutar de un poco de música cubana de fondo.  De aquí para casa a cenar y a dormir.

Día 13, 29 de Junio.

Hoy tenemos planeado ir a visitar el Parque Natural de Tope Collantes,  después de apretarnos un riquísimo desayuno y con las pilas cargadas nos ponemos en marcha.
La distancia entre Trinidad y Tope Collante son más o menos unos 14 kilómetros,  la mitad de camino se hace ascendiendo una montaña, que con el coche que llevamos no es nada fácil la verdad, como a un 1 kilómetro antes de llegar al "parking" nos encontramos un mirador y decidimos para echar un ojo, la verdad es que las vistas desde allí son impresionantes.

Después de disfrutar un rato de las vistas continuamos nuestro camino, no encontramos una especie de hotel con una gran zona donde aparcar pero como vamos en dirección al salto el caburni y vemos un indicativo decidimos continuar con el coche en lugar de dejarlo allí aparcado, y tenemos que decir que fue un gran error, porque el camino es lo peor, deja de estar asfaltado y son continuos agujeros, tuvimos que bajar a 5, y creíamos que el coche se nos quedaba allí, pasado un rato el cual se nos hizo eterno apareció una señora muy mayor que nos dijo que dejásemos el coche allí, que ya no podíamos continuar. Así que eso hicimos, allí mismo había como una especie de bar en medio de la nada con unos zumos espectaculares, pero eso lo dejamos para más tarde.
Ponemos rumbo a "El salto el Caburni", el camino un descenso con una pendiente bastante importante por lo que es aconsejable ir con buen calzado porque si no te dejas los pies. Este paseo es genial, porque estás como en medio de una selva. En uno de los claros nos encontramos un chiringuito de madera abandonado o ese día no tocaba trabajar, y la verdad es que fue una pena, porque era un sitio de lo más bucólico para tomarse un buen jugo, así que aprovechamos para hacer de barmans improvisados y cómo no, hacernos unas fotitos.

Poco después el camino se habría por debajo de una ladera rocosa cuya forma y colorido te dejan con la boca abierta, da la sensación que no estás en Cuba, ¿el porqué? pues no sé, quizás con una foto cada uno se proyecte a un sitio distinto.

Por fin llegamos, pero lo primero que ves es una pequeña laguna donde está la gente bañándose, el salto queda un poco más arriba y la forma de acceder es a través de unas escaleras con 4 troncos que bueno, más que escaleras...no sé, podrían ser una construcción de palos, original en medio de ese entorno pero eso sí, para gente que tenga dificultad a la hora de moverse no es recomendable usarlas, aunque parezca que no, tienen su peligro....

Y ya estamos en el salto, el sitio realmente merece la pena, hay varios carteles de que aquello es peligroso y cuidado con donde te metes pero...realmente merece la pena ver este lugar..así que ya que estamos aquí vamos a poner los pies en remojo.

Después de disfrutar de un agradable "refresco de  pies" y del entorno que nos rodea decidimos volver sobre nuestros pies para darnos un baño en la pequeña laguna que está anclada en un lugar sin parangón y es ideal para disfrutar de la naturaleza, además tenemos la suerte de que cuando llegamos ya no hay nadie...así que genial..¡¡solo para nosotros!!.

Estuvimos al rededor de una hora disfrutando de nuestro baño, y como son las 5 de la tarde decidimos secarnos y para arriba, el camino se nos hace muy pesado, porque entre el calor, la humedad y el terreno pufff, durísimo pero al final del camino cuando ya no podíamos más, por fín, el chiringo del principio con unos jugos fresquitos que nos supieron a gloria, rico, rico, ricoooo.
Como ya son las horas que son, hemos decidido que de aquí nos vamos a ir a la playa, así que nos dirigimos a Playa Ancón. Esta zona está llena de hoteles, y para llegar a la playa bordeas la bahía de casilda en la cual (si no lo han quitado ya) hay un gran barco varado.

La playa es una maravilla, eso sí, aguas calientes, calientes, pero es que ¡esto es el caribe!, un buen rato de disfrute totalmente tirados, y nos volvemos para Trinidad, una duchita y una cena rica. Hoy hemos decidido no salir porque estamos cansados, así que como el Doctor Lara hace mojitos en el bar que tienen montado en el patio...pues listo, una noche tranquila con unos ricos mojitos y a dormir...mañana será otro día.

Día 14, 30 de Junio.

Hoy tenemos ya el día más que planeado, nuestra intención siempre que podemos es montar a caballo y Yuda nos recomendó un sitio donde podíamos ir a montar, de hecho se encargó ella de concretar todo, 18 cuc por persona,  así que después de un rico y sustancioso desayuno cubano nos ponemos rumbo a la finca.

Es una pena porque no recordamos el nombre del chico que nos hizo de guía, pero fue muy agradable y nos dio mucha información el tiempo que estuvimos con él. Estuvimos cerca de tres hora recorriendo a caballo el Valle de los Ingenios conocido por el enorme desarrollo  en la industria azucarera del siglo XVII al XIX, la verdad es que fue un paseo más que agradable y con una compañía muy grata. 

Después de este agradable paseo a caballo, vamos a recorrer lo que nos queda de Trinidad pues que hoy es nuestro último día aquí.
Primero nos vamos a visitar la Iglesia Parroquial de la Santísima Trinidad que nos quedó pendiente por ver el primer día, y cuando llegamos está abierta, ¡bien! eso sí, no sabemos muy bien que pasa pero hay mucha gente con ramos de flores, están como celebrando una misa para la virgen, quizás hoy es su día...¡a saber! , así que echamos un vistazo y nos salimos para fuera.

Desde aquí nos dirigimos al antiguo convento de San Francisco de Asís el cual tiene un campanario al que se puede acceder, cuidado aquí, porque el primer día que pasamos por la puerta nos dijeron que era 1 Cuc y es mentira, la entrada es totalmente gratuita.
Si vais a Trinidad esta visita sin duda no os la podéis perder, desde el campanario hay unas preciosas vistas de todo Trinidad, el Valle de los Ingenios y las verdes laderas de la Sierra del Escambra.

Con prácticamente todo hecho ya en Trinidad, nos fuimos a hacer unas últimas compras en algunas de las tiendas que habíamos visto los días anteriores.  Con las compras ya hechas nos fuimos para casa a ducharnos y a cenar.
Como hoy estábamos menos cansados después de cenar nos fuimos a tomar algo al "Palenque de los congos reales" no es la casa de la música de trinidad, pero bueno..nos parece agradable por dentro y en la casa de la música todavía no se puede entrar, así que decidimos meternos aquí mismo y listo.
Disfrutamos de un par de mojitos acompañados por las "típicas" canciones cubanas, y ponemos típicas entre comillas porque desde que llegamos a Cuba en todos los sitios escuchamos los mismo temas...pero bueno, no importa...en esta ocasión también está acompañados de varios grupos de bailarines que nos deleitan con sus coreografías...así que bastante bien.

Disfrutada la noche, retornamos a casa a descansar.

Día 15, 1 de Julio

Hoy es nuestro último día en casa del Doctor Lara y su mujer Yuda, nos da mucha penita porque Yuda ha sido un verdadero encanto de mujer, el doctor también pero con él casi no hemos tenido oportunidad de tratar. Con mucha pena dejamos esta que ha sido nuestra casa durante 3 días y nos depedimos de Yuda con todo el cariño que nos ha dado.
En teoría hoy pondríamos rumbo a otro destino y  sería nuestro último día aquí en Trinidad, pero como en nuestra ruta inicial estaba llegar hasta Santiago de Cuba y nos han comentado durante todo el tiempo que llevamos aquí que en Santiago es donde más jineteros hay hemos decidido descartarlo, así que nos sobran días, por lo que hemos pensado disfrutar un poco de la playa y reservar una noche en un hotel en playa ancon que lleva el mismo nombre  y pasar allí el día "con todo incluido", el hotel está genial y nos cuesta 70 Cuc los 2.
Aquí os dejamos unas fotos para que os hagáis una idea de donde estuvimos.

Poco hay que contar de este día porque ya os lo podéis imaginar, playa, mojitos, piñas coladas, todo tipo de comida por doquier y mucha, mucha playa...así es que eso, un día de relax en las playas del caribe.

PLAYA LARGA Y BAHÍA COCHINOS